Hoy Conchi Macaya comparte con nosotros un testimonio de luz que broto en ella durante un tiempo de retiro.
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¡Qué maravilla admirar la belleza
en cada ser que vive y palpita,
vivenciar que la naturaleza
me envía mensajeros de paz cada día!
¡Qué maravilla abrir mis sentidos internos
y captar con ellos la fragancia del Universo,
descubrir en lo pequeño
la sabiduría de lo eterno!
¡Qué maravilla ser constante y perseverante
siguiendo la brújula de mi luz interior,
escuchar el silencio
penetrando y transformando mi ser!
¡Qué maravilla percibir mi oscuridad
como una oportunidad para brillar,
avanzar en la noche oscura
con una guía en quien confiar!
¡Qué maravilla estar conectada a la Fuente del Amor
y dejar que se derrame en mi corazón,
experimentar la alegría
que hace brotar música viva!
¡Qué maravilla aceptar mis límites,
me posibilitan vivir plena en el aquí y el ahora,
caminar sin compararme con los demás,
bendiciendo y agradeciendo todo lo que es!
¡Qué maravilla el trabajo bien realizado,
el trabajo disfrutado,
me conduce al descanso celebrado,
a vivir una vida con sentido renovado!
¡Qué maravilla saber discernir: parar, escuchar, decidir
en mi devenir existencial,
aunque a veces tenga que rectificar
y volver a elegir la mejor opción que se me vuelva a presentar.
¡Qué maravilla sentir el Entusiasmo
que orienta mi vida,
experimentar la paz profunda
sanando mi grieta interior!
¡Qué maravilla caminar despacio
contemplando por doquier,
siendo consciente de cada paso dado
en la certeza de ser.
¡Qué maravilla cuando mis fuerzas me fallan
y busco mi anclaje en el interior,
en mi centro vital: Cristo Jesús
nombre sobre todo nombre.
¡Qué maravilla cuando reflejo la luz de Dios
siendo transparente en mi vida,
cuando llevo la Liturgia de las Horas
a la vida misma!
¡Qué maravilla vivir en la compasión,
saber cuándo ofrecer mi perdón,
reconciliarme conmigo misma
y saberme criatura divina!
¡Qué maravilla cuando abrazo con serenidad
lo inevitable en mi vida,
cuando trasciendo los prejuicios
más allá de mis creencias limitantes!
¡Qué maravilla estar en este espacio sagrado
compartiendo el palpitar de Dios,
unid@s por los lazos del misterio divino
que trasciende nuestro existir.!
¡Qué maravilla ser parte de Dios
y dejar a Dios ser Dios en mi vida,
descubrir el don y talentos que me da
para el servicio de la humanidad.!
Qué maravilla pasar del entender
al comprender con todo mi ser,
esa es la sabiduría que trae el corazón,
nada que ver con la imposición.!
¡Qué maravilla verme reflejada en los demás
aceptando su alteridad,
sin criticar,
valorando su diversidad.!
¡Qué maravilla saberme consciencia ilimitada
abierta y receptiva a la vida,
viviendo una vida sencilla,
siendo parte del Todo que nos une y nos habita.
¡Qué maravilla poder vivir todo esto
plenamente algún día,
estrenar con agradecimiento el regalo del nuevo día.
“Solo por hoy lo viviré”.
(La vida es un viaje maravilloso,
no exento de dolor ni contrariedades,
se necesita valor y coraje,
para iniciar y proseguir este maravilloso viaje)
Conchi Macaya
11 de Julio 2.021